Portador de hidrógeno orgánico líquido: clave para una infraestructura de hidrógeno escalable
Los portadores orgánicos líquidos de hidrógeno (LOHC) son una solución emergente y prometedora para el almacenamiento y transporte seguro y eficiente de hidrógeno, un componente crucial para el desarrollo de una economía energética sostenible y baja en carbono. Los LOHC son compuestos orgánicos capaces de unirse químicamente al hidrógeno mediante reacciones reversibles de hidrogenación y deshidrogenación. Esta característica permite almacenar y transportar el hidrógeno en forma líquida en condiciones ambientales o casi ambientales, abordando algunos de los principales desafíos asociados con las tecnologías convencionales de almacenamiento de hidrógeno.
Los portadores de hidrógeno orgánico líquido (LOHC) representan una tecnología clave para la economía del hidrógeno, ofreciendo un medio escalable, seguro y eficiente para almacenar y transportar hidrógeno. A medida que el hidrógeno continúa ganando impulso como fuente de energía limpia, el desarrollo y la implementación de sistemas LOHC desempeñarán un papel vital para superar las barreras logísticas y acelerar la transición energética global.
Los métodos tradicionales de almacenamiento de hidrógeno, como la compresión o la licuefacción, implican altas presiones (hasta 700 bar) o temperaturas criogénicas (−253 °C), que consumen mucha energía y plantean importantes problemas de seguridad y logística. Por el contrario, los LOHC ofrecen una alternativa más segura y práctica. El hidrógeno se une químicamente a una molécula portadora —normalmente un hidrocarburo aromático como el dibenciltolueno—, formando un compuesto estable y rico en hidrógeno. Este líquido puede transportarse utilizando la infraestructura de combustible existente, como camiones cisterna, tuberías y tanques de almacenamiento, de forma similar a la gasolina o el diésel. Una vez en el punto de uso, el hidrógeno puede liberarse del LOHC mediante un proceso de deshidrogenación catalítica, y el portador puede reutilizarse varias veces.
Una de las principales ventajas de los sistemas LOHC es su alta densidad energética en comparación con el hidrógeno comprimido y su compatibilidad con las redes actuales de distribución de combustibles líquidos. Esto los hace especialmente atractivos para el transporte de hidrógeno a gran escala a largas distancias y para sectores que requieren un almacenamiento de energía denso, como el transporte pesado, la aviación y los procesos industriales.
A pesar de estos beneficios, la tecnología aún enfrenta desafíos, como la necesidad de altas temperaturas (típicamente de 150 a 300 °C) para el proceso de deshidrogenación y la energía requerida tanto para la hidrogenación como para la deshidrogenación. Se están realizando investigaciones para mejorar el rendimiento del catalizador, reducir las temperaturas de reacción y aumentar la eficiencia energética general del ciclo LOHC.




